Una maestra de preescolares preguntó a sus pequeños alumnos: — ¿Qué quieren ser cuando sean grandes?
De inmediato la mayoría de ellos comenzaron a responder muy emocionados y despertando su imaginación. Algunos de ellos decían: ¡Yo quiero ser doctor!, ¡Yo quiero ser bombero!, etc.
La maestra esperaba que todos los alumnos participaran pero observó que el niño más inquieto de la clase aún no había respondido. Ella, de forma amistosa, se acercó a él y le hizo la pregunta de nuevo, el niño de inmediato respondió: “nada”. Admirada la maestra insistió en saber la razón de aquella respuesta. Él pequeño le explicó de una manera muy sincera: “en mi casa mi mamá me dice que yo voy a ser nada en la vida, igual que mi padre que es un borracho”.
En la vida, a veces nos sucede de una manera similar a la del pequeño. Quizás haya personas que nos aseguran que no lograremos nada en la vida. Que nunca podremos formar un hogar feliz, alcanzar nuestras metas o hacer algo importante.
Debes tomar en cuenta, si eres un joven o adolescente, que apenas has iniciado la carrera de la vida y tienes por delante un futuro, quizás incierto, pero con muchas posibilidades.
No te dejes persuadir por las palabras de desaliento, ni permitas que tomen efecto en tu futuro.
El niño de la historia es ahora un hombre exitoso, no solo en la vida empresarial, también ayuda a niños y jóvenes con charlas de superación y autoestima.
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11 (NVI)
Enlaza tus planes a la voluntad de Dios, sigue sus caminos y deja que él decida por ti.
No permitas que las palabras negativas influyan tu vida o la marquen para siempre, ni caigas en el error de sentenciar con palabras de desánimo a alguien más.
Permite que la Palabra de Dios pueda ser esa clave que cambie el rumbo total de tu vida, persiste aunque todos te digan que no podrás, o que eso no es para ti.
Recuerda que Dios hace de lo imposible algo POSIBLE.
Por Huellas Divinas