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Las enseñanzas de las flores

Hay un lugar donde me siento para el momento de devoción personal cada mañana. Desde allí, puedo mirar por la ventana y ver el cielo y la copa de un árbol. Las flores prácticamente se han ido junto con la primavera.

Pero, una mañana descubrí un hermoso ramo de flores pequeñas en una rama. Era un regalo especial para mí. Entonces pensé en todas aquellas flores que crecen en lugares donde nadie las puede ver. Florecen y mueren haciendo lo que se supone que deben hacer. Levantan sus pequeños rostros al cielo, en alabanza silenciosa a Dios, bendiciendo a las abejas y las mariposas. El mundo se ha enriquecido simplemente por su presencia, incluso si las personas nunca ponen sus ojos en ellas.

Nosotras podemos ser como esas flores: pequeñas y aparentemente insignificantes, pero importantes en el gran plan del universo. Podemos sentir que lo que estamos haciendo no tiene mucho valor, sin embargo, podemos agregar belleza a un mundo sombrío compartiendo una palabra amable o una sonrisa. Las cosas pequeñas pueden tener un gran impacto. 

Antes bien, creced en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria ahora y basta el día de la eternidad. Amén —2 Pedro 3:18

Las flores pequeñas que crecen silenciosamente sin nuestro conocimiento son un testimonio impresionante del amor de Dios para el mundo. Cuando pienso en aquellas flores pequeñas que viven para dar gloria a su Creador, no importa dónde crezcan, descubro que brindan una perspectiva completamente diferente a la frase: «Florece donde estés».

Siempre estamos al cuidado de nuestro Salvador. Nada está más allá de su conocimiento. Él observa nuestro crecimiento espiritual con mucha atención, siempre atendiendo nuestras necesidades. Él sabe exactamente dónde estamos en cada momento, es consciente de cada tormenta por la que pasamos.

Al saber cuánto nos ama, podemos enfrentar cada nuevo día sin temor. Y como las flores, podemos crecer para bendecir ricamente a otros con el simple hecho de vivir la vida para la que fuimos llamadas.

Piensa acerca de las personas que están a tu alrededor. ¿Cómo sería el mundo si las personas solo trabajaran para recibir reconocimiento y alabanza?

Por Ardis Stenbakken

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