Alison y Steven era una pareja de adolescentes enamorados, con apenas 14 y 15 años de edad respectivamente. Ambos servían en su iglesia local, en la cual habían crecido.
Estaban tan enamorados que deseaban formalizar una relación a través del matrimonio, sin embargo ante las leyes civiles de su país eso era imposible por tratarse de dos menores de edad. Los principios dentro de la iglesia también prohibían una unión así.
Ellos se mostraban decididos a consumar una relación de pareja. Las charlas sobre noviazgo y los sermones para jóvenes que se impartían en la iglesia no parecían tener un efecto en su decisión.
Comenzaron a tener encuentros sexuales a escondidas y pronto apareció una situación que no se podría describir como inesperada, ella estaba embarazada.
Trataron de esconder el caso ante los demás pero, obviamente, eso no se podría hacer por mucho tiempo. El futuro para estos adolescentes no parecía muy alentador: Eran padres prematuros, debían abandonar sus estudios, buscar un empleo y muchas otras cosas que a lo mejor no esperaban.
Casos como éste se pueden ver a diario, a nuestro alrededor. Y parece que no hay manera de hacer conciencia de los efectos devastadores que pueden llegar después de una decisión apresurada respecto al noviazgo y las relaciones prematuras.
En la biblia encontramos casos de jóvenes enamorados que siguieron los pasos correctos para formar una pareja bajo la dirección y la bendición de Dios. Tal es el caso de Rebeca e Isaac, ambos esperaron el consentimiento de sus padres, tal como se acostumbraba en su época. Como resultado gozaron de la bendición de Dios y con ello de felicidad y prosperidad en su matrimonio.
“ También Rebeca levantó la vista y, al ver a Isaac, se bajó del camello… Isaac amó a Rebeca …” Génesis 24:64 y 67 (NVI)
Tal como lo expresa el sabio Salomón: “Todo tiene su tiempo”… El noviazgo es un paso previo para el matrimonio, y es importante esperar el tiempo de Dios. Pero, ¿Cuál es el tiempo de Dios?, ¿Cómo saber el momento oportuno para iniciar un noviazgo?
La biblia no habla de una edad apropiada, pero es importante que pongas en sus manos un paso importante como ese. A través de la oración y la meditación debes buscar la dirección divina, sin duda Dios te dará una respuesta oportuna.
Pero sí hay parámetros claros que podemos encontrar en los relatos bíblicos de parejas felices que complementados con los estudios científicos actuales nos pueden ayudar a determinar un momento apropiado para el noviazgo.
Comenzando por la madurez emocional y física de la persona, la cual evidentemente no se tiene en la niñez y adolescencia, lo cual descarta la posibilidad de una relación exitosa a temprana edad.
Luego hay que considerar los planes de vida que tienes y el orden de prioridades que coloques en cada uno de ellos. Por lo tanto esto puede variar en cada persona, pero siendo que Dios nos conoce a cada uno como la palma de su mano, el consejo más apropiado y la guía más certera para tomar una decisión proviene directamente de él.
Pon tus planes en las manos de Dios y espera el tiempo que él te mostrará. No te desesperes, Dios nunca falla.
Si sabes esperar el tiempo de Dios, el éxito en tu matrimonio estará garantizado.
Por Huellas Divinas