Una hermana de una iglesia a la que yo asistía era conocida por sus achaques y enfermedades. La llamaban “Doña Dolores”, ya que siempre la oíamos hablar de todos los males que la aquejaban. Era anciana, y le quedaban pocos años de vida. Sus padecimientos le habían restado años de existencia, pero algunos, por no decir todos, eran producto de su imaginación (aunque más tarde se hicieron realidad debido al poder de la mente). Su actitud contribuyo muchísimo a su falta de salud y bienestar.
Por otro lado, tuve el privilegio de conocer a una mujer que, enferma de cáncer, era capaz de vivir en medio del dolor; y proyectaba fuerza y salud a quienes la conocíamos. Mientras estaba en su lecho de muerte, pedía a diario que le llevaran un espejo y un cepillo; luego ensayaba su mejor sonrisa y arreglaba su cabello para recibir a las visitas. Mientras algunas escuchábamos sus mensajes inspiradores con nuestros ojos humedecidos por las lágrimas, ella se mantenía erguida, planificando todos los detalles de su funeral. Lo último que nos dijo fue: “Estoy lista para ir al encuentro de mi Señor”. Aunque ya hace algún tiempo que murió, muchas de quienes la conocimos la recordamos con cariño, y procuramos mostrar la misma actitud hacia la vida que mostró ella frente a la muerte. Fue una gran maestra en el arte de saber vivir.
Amiga, no olvides que has sido creada para vivir eternamente, y que la existencia terrenal es tan solo un compás de espera para la vida que nos aguarda en el hogar eterno. Haz que tu estancia en este planeta no se cuente en anos, sino mas bien en plenitud. !Vive, vive plenamente! Valora la vida que Dios te da, tanto en la salud como en la enfermedad, en los tiempos buenos y durante la adversidad, entre risas o cuando lleguen las lágrimas, con la certeza de que no morirás para siempre, pues Cristo Jesús murió en la cruz para que tu un día despiertes en el hogar de Dios.
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13
Hoy es un buen día para sembrar vida y para colocar una semilla de esperanza en los surcos vacíos del corazón de quienes sufren y lloran. El Señor te dice: “Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes. Así vivirás y te multiplicaras, y el Señor tu Dios te bendecirá” (Deut. 30:15-16).
Tomado de: “Aliento para cada día” (Erna Alvarado)